El 2023 fue un año de gran evolución para la conectividad aérea gracias a la altísima demanda tras la pandemia. Todos los grandes corredores del mundo superaron los niveles del 2022, pero solo unos pocos consiguieron situarse por encima de los precovid. (La aviación mundial no alcanzará la plena recuperación hasta 2025)
Según uno de los últimos informes de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), la conectividad entre Oriente Medio y Norteamérica es la que mejores datos registra, con cifras que superan en un 25% las de 2019. Le siguen Norteamérica-América Central (+12%) y Europa-Norteamérica (+5%).
Por su parte, hubo otros corredores que se han mantenido estables, quedando ligeramente por debajo o igualando el volumen prepandemia. Estos son Europa-Centroamérica (+1%); el de dentro de Europa (0%); Europa-Oriente Medio (-2%); Norteamérica-América del Sur (-4%); y África-Europa (-5%).
El que todavía continúa muy lastrado el tráfico interno en Asia, que, aunque se recuperó casi un 200% respecto al 2022, todavía sigue un 37% por debajo del de hace cinco años. Similar evolución muestran las conexiones entre África y Asia, entre Europa y Asia, y entre Asia y Norteamérica.
En términos generales, el tráfico internacional de pasajeros aún se quedó un 11% por debajo de los niveles precovid. Los principales motivos de esta lenta recuperación son los numerosos retos a los que se enfrentan las aerolíneas, como la escasez de mano de obra, las limitaciones de la cadena de suministro, la elevada inflación y las tensiones geopolíticas por las guerras abiertas.
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