En el Extremo Oriente, esto del virus se lo han tomado mucho más a pecho que en Europa. Tailandia va a empezar pronto a abrir sus fronteras; China es radical con sus medidas y ha puesto límites leoninos, y Corea, también. Y este fin de semana que viene, Australia abre sus fronteras desde el inicio de la pandemia. El primer vuelo que se espera llegue al aeropuerto de Sydney transportará a 200 neozelandeses. Es la primera operación sin cuarentenas. Hasta ahora, todos los que entraban en el país tenían que someterse a catorce días de aislamiento.
Sin embargo, los neozelandeses, cuando retornen a su país, después de este viaje, tendrán que aislarse durante dos semanas, porque su país no ha suavizado las medidas. Y los australianos directamente no pueden viajar, porque Nueva Zelanda no los admite, ni siquiera haciendo cuarentena.
Geoff Culbert, director del aeropuerto de Sydney, dijo que "esperamos 200 pasajeros en el primer vuelo desde Nueva Zelanda. No hemos recibido viajeros internacionales en Sydney durante bastantes meses”. Culbert reconoció que, si bien todavía era un acuerdo sólo de ida, este viaje es sólo el primer paso en un "enfoque gradual" para la reapertura de los viajes internacionales, tras haber pasado lo que hoy se considera lo peor de la pandemia.
Esta reapertura gradual fue anunciada hace unas semanas por el viceprimer ministro, Michael McCormack, quien dijo que esta reapertura permitiría el retorno de muchos australianos que se encontraban en Nueva Zelanda cuando se cerró el espacio aéreo.
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