El actual presidente de Correos y secretario de Estado de Transportes durante la pandemia, Pedro Saura, ha evitado dar explicaciones sobre el contrato que suscribió Correos con Iberojet (Ávoris) para la puesta en marcha de Correos Cargo (Acondicionar el A330 de Iberojet para carga le costó a Correos nueve millones de euros).
Al igual que ha hecho al ser cuestionado sobre la opacidad de Transportes con el rescate exprés que se otorgó a Air Europa, sobre el que se ha limitado a decir que “la transparencia tiene unos límites”, no ha querido aclarar por qué se otorgó el mencionado contrato a la aerolínea de Ávoris sin haber convocado un concurso público.
Saura, que figura en el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como uno de los interlocutores de Hidalgo en las semanas previas a la concesión del rescate, sí ha admitido, en cambio, esas conversaciones. En concreto, reconoce que hablaba y se reunía con los CEO de las aerolíneas porque “era una situación difícil”.
Como publicó Preferente, el contrato suscrito entre Ávoris y Correos para el lanzamiento de Correos Cargo en la ruta entre Madrid y Hong Kong resultó especialmente polémico por diversos factores. En primer lugar, sorprendió el hecho de que se eligiese a Iberojet y no a una empresa con aviones de carga para crear la compañía, ya que la adaptación de sus Airbus A330 para esa función supuso un desembolso económico millonario para Correos.
A ello hay que sumar todo el sobrecoste que supuso el retraso en el arranque de las operaciones. El avión estuvo parado en Barajas durante alrededor de dos meses hasta recibir la autorización pertinente. Teniendo en cuenta las tarifas de Aena, esto le costó a Correos una media de 1.000 euros diarios.
El proyecto de Correos Cargo fue todo un fiasco. Anunciado en enero de 2022, tocó a su fin un año después, tras múltiples problemas operativos, y supuso un coste desorbitado asumido por la entidad pública. Tras la ruptura, Ávoris exigió a Correos 38 millones de euros por los supuestos gastos operativos en los que incurrió para la puesta en marcha del proyecto, protagonizando a partir de entonces una guerra con Correos (Iberojet pide 38 millones a Correos).