Las relaciones entre el Grupo Lufthansa y el Senado de Berlín son más tensas que nunca, después de que Thortsten Dirks, miembro del Consejo de Lufthansa y presidente de Eurowings, expresase públicamente sus dudas sobre el nuevo aeropuerto Brandenburgo o BER.
Según explica el Travel Tribune, las autoridades políticas de la ciudad-estado pretenden buscar apoyos entre las aerolíneas internacionales para asegurar el éxito del aeropuerto de BER, ofreciendo incentivos financieros, descuentos en las tasas de aterrizaje y hospedaje gratuito para sus tripulantes de cabina.
Para ello, la ciudad deberá crear un fondo para subvencionar a hoteles y empresas.
La disputa entre las autoridades berlinesas y la principal aerolínea alemana se debe a los problemas y numerosos retrasos que ha presentado el aeropuerto de Brandenburgo, que debería haber abierto sus puertas en 2012 pero que aún permanece cerrado.
Este desencuentro se intensificó aún más cuando Eurowings eliminó su conexión directa entre Berlín y Nueva York. Ahora, la capital germana no quiere perder sus rutas transoceánicas por lo que apostará por aerolíneas extranjeras para mantenerlas.
Nada nuevo bajo el sol.
Unos politicos consiguen votos prometiendo unas infraestructuras de cuya construccion algo habran picado y que despues resultan antieconomicas e ineficientes pero que hay que justificar. Y voila, como el dinero publico no es de nadie, en lugar de asumir responsabilidades y minimizar el impacto antieconomico se opta por la via opuesta. Se subvenciona su uso aun a costa de perjudicar a otros mas eficientes.
Y esto vale para aeropuertos o trenes.
Lo que tienen que hacer es acabar el aeropuerto de una vez, que llevan un montón de años con intenciones de inaugurarlo gastando dinero y más dinero y nada. Aunque la verdad, a mí me gusta TXL aunque sea viejo y pequeño.