El panorama del transporte aéreo europeo está más convulso que nunca: la mayor aerolínea de Bélgica, Brussels Airlines, propiedad de Lufthansa, ha roto las negociaciones con los pilotos, quienes han presentado una convocatoria de huelga indefinida, aún sin una fecha específica (Lufthansa cambia el logo de Brussels: ahora es más belga).
Este miércoles, en una asamblea, los pilotos decidirán si hacen uso del aviso de huelga emitido. Si lo hicieran, las fechas más probables estarían en la primera quincena de julio, señaló el sindicato BBTK, de tendencia socialista. Pero no crean que este un conflicto ideológico porque también el sindicato cristiano ACV se adhiere a este anuncio.
Brussels Airlines es la antigua Sabena que, tras quebrar, se convirtió en Brussels Airlines, con la participación de Lufthansa como primer accionista.
La compañía, además de vuelos regionales europeos, opera una red internacional con especial presencia en las antiguas colonias belgas de África, donde dispone de una importante cuota de mercado.
Igualmente, la compañía cuenta con las rutas tradicionales de una aerolínea de bandera, con enlaces con Estados Unidos y Extremo Oriente.
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