Canarias aparca temporalmente la posibilidad de implantar una tasa turística en la región. Su consejera de turismo, Yaiza Castilla, ha explicado que el estudio para analizar la viabilidad de la medida no se llevará a cabo hasta la próxima legislatura (mayo de 2023) para realizarlo de manera sosegada y sin los fantasmas del periodo electoral, según cuenta Atlántico Hoy. (La ecotasa hundirá a Canarias en un profundo “drama social”)
Durante la comisión parlamentaria, Castilla ha destaca que la finalidad de la ecotasa no debe ser recaudatoria. A su juicio, su implantación debe ir acompañada de medidas para paliar los posibles efectos negativos en el sector turístico. Ha puesto como ejemplo Lanzarote, donde se cobran las visitas a diversos espacios y se destina al mantenimiento del entorno.
La consejera ha añadido que, de comenzar el estudio durante el próximo año, deberá realizarse de manera muy rigurosa y teniendo en cuenta todos los aspectos que rodean la isla. Cree que no hay que fijarse en otros destinos, sino adaptarla a las necesidades específicas de la región.
Cabe recordar que los empresarios del sector canario rechazaron frontalmente la llegada de este impuesto. Sus principales patronales, Ashotel, FEHT, Asofuer y FTL, expusieron que las islas deberían quedar exentas de cualquier regulación, ya que se trata de “una Región Archipelágica Ultraperiférica (RUP)”, que es “absolutamente dependiente del transporte aéreo para la conexión de las personas con Europa”.
En su opinión, el efecto contaminante de los vuelos “debe ser compensado en Canarias con otras medidas”. “Tendrá un efecto disuasorio y será un impedimento para la mayoría de los turistas que año tras año eligen Canarias como lugar preferido de sus vacaciones, condenando a la economía al colapso y, con ello, a la emigración económica”, sentenciaban.
Parece que todavía hay gente con cabeza. Por cierto en las ciudades y países donde se aplica, ¿se dedica a la conservación del lince, del águila imperial, ?