Muy poco por detrás de Dubái, el hub de Turkish Airlines en Estambul es uno de los más grandes del mundo. Los aviones de Oriente llegan allí para que sus pasajeros embarquen a destinos de Occidente o al revés (Ofensiva de las aerolíneas europeas para competir en los hubs del este).
La operación suele ser excelente hasta que un día como ayer se produce el caos como resultado de una intensa nevada nada inusual en la región. El caos se traduce en la cancelación de cientos de vuelos tanto de llegada como de salida. El desastre empezó el jueves y fue notable este viernes. Se espera que desde el sábado comience la normalización de los servicios, aunque los pronósticos anuncian posibles nuevas nevadas.
Los medios turcos publican los mensajes desesperados de algunos pilotos que necesitaban aterrizar porque tenían poco combustible y que enfrentaban dificultades por culpa de las condiciones de las pistas.
En el segundo aeropuerto de la ciudad, el antiguo, el viernes se cancelaron el 45 por ciento de los vuelos. Hoy se prevé que no menos del 30 por ciento de las rutas queden suspendidas mientras que se esperan problemas, un poco menores, el domingo.
La ubicación de miles de pasajeros en hoteles está siendo muy complicada, con problemas mucho más graves para los pasajeros que cambiaban de avión en Estambul, pero no con un billete único o sea bajo su propia responsabilidad.