Caos en la aviación nepalí, víctima de la corrupción

Es un país pequeño y turístico, pero su aviación ha producido casi mil muertos en accidentes diversos, bajo un régimen corrupto que permanece insensible a los siniestros constantes en sus líneas aéreas. Esta semana ha sido la última tragedia. Y van más de cien muertos en el último año y medio. Es el séptimo desastre bajo el mandato de Pradip Adhikari en la Aviación Civil de Nepal, el cuarto con más víctimas mortales. Sin embargo, nada lo mueve del cargo, pese a que Europa ha puesto toda la aviación local en su lista negra (Nuevo accidente aéreo en Nepal: se estrella un avión con 19 pasajeros).

Nepal necesita de la aviación para el turismo, pero la corrupción puede más. Por ejemplo, hace ya muchos años que todos los expertos, desde la Unión Europea a Naciones Unidas, recomiendan a Nepal separar la gestión del espacio aéreo de la regulación. Pero el país no avanza en este sentido, pese a que las leyes están redactadas, pero no se logran aprobar (Error humano tras el accidente aéreo con 72 muertos en Nepal).

El caso de Saurya Airlines es un ejemplo. El avión llevaba treinta días sin volar, lo que hubiera exigido una inspección previa. Pero Saurya Airlines, que está en la bancarrota, no dispone de hangares en Katmandú. Los aviones estaban en el límite de su operación antes de una obligatoria revisión. Muchos técnicos habían sido despedidos por la crisis de la aerolínea.

El poco rigor en el cumplimiento de la normativa se hizo evidente porque en el avión iba una mujer y su hijo, que no debían estar en un vuelo de conexión.