La crisis del coronavirus empieza a tener dimensiones colosales, capaces de arruinar una compañía aérea. Vean qué ocurre con el grupo de Cathay Pacific y Cathay Dragon, las compañías aéreas de Hong Kong que ya venían sufriendo problemas por los incidentes de orden público en la ciudad desde la que operan (El impacto del coronavirus, devastador para el turismo).
Las dos compañías han tenido que cancelar 783 vuelos por semana en febrero y 835 en marzo. Esto significa que han reducido sus operaciones en un 52 y en 57 por ciento, lo que nos permite hacernos una idea de la magnitud del problema, dado que por un lado están cancelando contratos con los trabajadores y por otro están asumiendo los costes de unas flotas de aviones que no pueden operar.
Según publica el periódico South China Post, se han cancelado aproximadamente el 90 por ciento de los vuelos a China continental. Se mantienen unos pocos vuelos a Beijing, Shanghai, Xiamen y Chengdu, pero también en estos casos con una agenda muy reducida. A estos aeropuertos, sólo operan 39 de los 368 vuelos previstos en situación normal.
La mayor culpa de estas cancelaciones no las tienen las medidas de los gobiernos sino la falta de viajeros, asustados por los riesgos.
Observen qué ocurre con los vuelos a Taipei, la capital de la isla de Taiwan. El grupo tenía hasta ahora 93 vuelos semanales y ahora apenas opera cuatro. ¿Cuál es la razón? La caída de viajeros que no quieren volar porque el gobierno de Taiwan les ha impuesto una cuarentena de 14 días. O sea que el que viaje ha de estar 14 días aislado en observación. Esto significa literalmente, acabar con ellos viajes.
Ya van 100 muertos al día en China por coronavirus. Quien querría ese riesgo?