Seis meses después de que el virus Covid 19 hiciera su aparición en China, las aerolíneas de ese país ya están operando al 90 por ciento de su capacidad en los vuelos interiores y esperan llegar esta semana que viene al 96 por ciento. Sin embargo, hay un problema: los aviones vuelan, pero los pasajeros no tanto, con una ocupación muy baja, que es prácticamente de un asiento libre cada dos ocupados.
La recuperación de la normalidad en las operaciones empezó el 11 de mayo, cuando las compañías llegaron al 80 por ciento de oferta. Ahora ya están rozando la normalidad. Sin embargo, hay que tener en cuesta que estas operaciones son una comparación con el año anterior y no contemplan los posibles crecimientos que hubiera habido este año, cuando se esperaba un aumento de servicios del 6 por ciento.
Pero, lamentablemente, los aviones van bastante vacíos. En mayo, la ocupación fue del 65 por ciento, lo que supone que la tercera parte de la capacidad de los aviones está sin ocupar. En China, no existe ningún condicionante para los pasajeros ni para las aerolíneas, en el sentido de que se pueden ocupar todos los asientos.
En China, las aerolíneas son en general propiedad del gobierno, y no existe un programa por el que el estado asuma los costes laborales de los trabajadores. Por lo tanto, operar los aviones supone muy pocos costes adicionales para las compañías.
Los precios de los billetes, con la baja demanda, se han reducido en el orden del 25 por cineto en promedio.
En los vuelos internacionales, en cambio, sólo se está operando entre el cinco y el siete por ciento de los servicios.
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