El 22 de noviembre de 2018, un avión de la compañía israelí El Al debía de partir del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York con dirección a Tel Aviv. Era jueves y el vuelo estaba programado a las 18.30, de forma que llegaría cómodamente a última hora del viernes, a tiempo para que sus pasajeros pasaran el Sabbath, la celebración judía que tiene lugar el sábado, en su país. A bordo iban, entre otros, unos 180 judíos ortodoxos.
El que tenía que haber sido un vuelo rutinario, aunque con unos pasajeros un tanto diferentes, se convirtió en el comienzo de una historia tremendamente complicada que aún se arrastra y que promete costarle un dineral a la compañía aérea.
El vuelo no partió en hora porque la tripulación llegó tarde al aeropuerto. Pero, al despegar, les aseguraron a los pasajeros que así y todo llegarían en hora para la celebración religiosa. No obstante, el avión tuvo que hacer una escala no prevista en el aeropuerto de Atenas, momento en el que se desencadenó el enfado de tan peculiares pasajeros, que no querían ni pensar en pasar el Sabbath fuera de Israel. Otro avión llegó a Atenas para recoger a los pasajeros que, finalmente llegaron a Tel Aviv el domingo.
El desembarco en Atenas fue tremendamente tenso. Un canal de televisión israelí acusó a los pasajeros, al menos a los ortodoxos, de provocar incidentes. El canal dijo que El Al había confirmado agresiones físicas a la tripulación. Pero más tarde, Gonen Usishkin, el director general de la compañía tuvo que intervenir para decir que no se llegó a la violencia física, en contra de lo publicado.
Los pasajeros, no obstante, han presentado millonarias demandas contra la compañía, por el daño causado a sus prácticas religiosas. Las indemnizaciones solicitadas son espectaculares. En cambio, El Al les prometía, como compensación, algunos vuelos gratis a Europa, cuando los pasajeros residen en Estados Unidos.
Así, pues, antes de que haya un fallo, esta semana Israel Hayom, un periódico, publicó que la aerolínea llegó a un acuerdo extrajudicial con 52 pasajeros para pagarles nada menos que 31.682 dólares o 609 a cada uno de ellos, por todos los daños causados. La noticia se difundió y eso provocó inmediatamente que los abogados de El Al retirarán la oferta, diciendo que no podían mantenerla una vez se ha hecho pública, presumiblemente porque los abogados de los pasajeros no indemnizados con este acuerdo exigirían las mismas condiciones.
El asunto se arrastra en los medios de comunicación israelíes casi tanto como la no-constitución de gobierno, porque las pasiones que desencadenan los asuntos religiosos son impresionantes.
Son la peste
Fanatismo, prepotencia, irracionalidad, chulería, falta total de empatía con el resto de la humanidad, avaricia, egoísmo, egocentrismo.
No todos son así, pero ésos abundan entre los que creen en la resurrección de los cuerpos, y, para celebrarlo, se cargaron al único que resucitó de verdad.