En España, las agencias de viajes intentan que los paquetes turísticos que se cancelen por razones de fuerza mayor como es el caso del coronavirus, tengan un reembolso. No siempre el mayorista lo acepta.
En Italia, en cambio, el lío es más grave porque es el propio gobierno quien en las medidas especiales con motivo de la crisis del coronavirus ha incorporado un artículo que dice que “el reembolso puede ser efectuado también mediante la emisión de un voucher de importe similar al viaje pagado, a utilizar en el año siguiente a la emisión”.
Probablemente, el legislador no quería que los mayoristas pierdan clientes, aunque esto vaya contra el espíritu de varias disposiciones europeas.
Esto pone en medio a las agencias de viajes que se encuentran con que sus clientes pueden pedir el dinero y los mayoristas “pueden”, como dice el decreto, rechazar la devolución de lo pagado y, en cambio, atrapar al cliente obligándole a viajar con ellos en el año siguiente.
Las asociaciones de consumidores se oponen a estos vouchers que no siempre satisfacen al cliente, porque no siempre el cliente está en disposición de viajar al año siguiente.
Las agencias de viajes se quejan de que estos conflictos ponen en peligro su relación con buenos clientes de siempre, a quienes no les respetan sus derechos. El turoperador, por su parte, tiene un cierto respaldo legal, aunque muchos cuestionan la validez de ese artículo del decreto.
Las agencias saben que su conflicto con los clientes no necesariamente les va a pesar en un viaje más o menos, sino en un cliente más o menos, porque si pierden la confianza, no regresarán.
El conflicto italiano, en segundo plano por la gravedad de la crisis sanitaria, se verá en todo su dimensión cuando pase la pandemia y los italianos recuperen cierta normalidad.
En el caso español del Imserso, no
debe de ser admitido ya que, por las edades es posible que muchísimas personas pueden dejar de estar en codiciones de un año añ siguiente, por
lo tanto lo más aceptable es su devolución