Europa acaba de aprobar duras normas de emisiones para las aerolíneas que operan en el continente, pero excluye de las mismas a todos los vuelos que tengan como destino u origen otro continente. O sea, sólo se aplica a los vuelos interiores europeos (Las ‘estelas’ de los aviones, nueva batalla ecologista).
Ese control implicará un costoso seguimiento de las emisiones de óxido de nitrógeno, sulfuro y las estelas de vapor que dejan los aviones, pero esto únicamente afecta a los vuelos interiores y nunca a los que vayan fuera del continente. Ni siquiera en los casos en los que se cruce toda Europa, como ocurre con un vuelo de Air France a la India o de Lufthansa o LOT a Sudamérica.
Las low cost europeas se temían algo así por lo que habían advertido que no es serio concentrar el estudio en ellas, que operan aviones más pequeños y que suponen sólo el 25 por ciento de las emisiones. Por otro lado, parece que las emisiones sobre aguas internacionales no son del interés de nadie, por lo que de adoptarse este criterio en general, las aerolíneas de largo radio podrían contaminar tranquilamente.
Aunque parezca extraño, lo que más preocupa a las compañías de bajo coste europeas es la investigación de las estelas de los aviones, que puede terminar creando problemas económicos porque nadie sabe bien qué ocurre con el impacto de estas nubes de vapor.
Pues otra mamarrachada más ecogreen
Lo que deberían hacer es investigar a las diferentes religiones que tienen la representación de Dios que no para de mandar contaminación con vapor de agua dejando el cielo lleno de nubes incluso en los días de vacaciones.