Tenía que ocurrir porque no es lógico mantener la plantilla, no tener ingresos y, peor aún, tampoco disponer de un calendario para normalizar la operación. Es lo que está haciendo Aeroflot, la compañía aérea rusa, a la que Europa le ha prohibido volar en el espacio aéreo continental (La aviación rusa, aún más aislada por el nuevo veto de la Unión Europea).
La aerolínea tiene que tomar medidas para acabar con la sangría de dinero. En Italia, según informa TTG Italia, ha comunicado por escrito a los 35 empleados que tenía, que quedan despedidos. La aerolínea tenía operaciones en Roma Fiumicino, Milán Malpensa, Nápoles, Venecia y Verona, aunque en los tres últimos aeropuertos casi todo estaba subcontratado a los proveedores habituales en estos casos.
El Gobierno italiano, aparentemente, ha intentado mediar para que estos trabajadores dispongan de lo que en España llamaríamos subsidio de paro (Aeroflot paga el alquiler de los aviones en Rusia).
Los despidos se han formalizado con fecha 25 de mayo, después de más de tres meses sin trabajar porque los aviones no volaban.
Los trabajadores están ahora intentando conseguir que Aeroflot les indemnice y les pague los retrasos, pero las cosas desde el punto de vista jurídico pintan muy mal porque la compañía, además de ser extranjera, no tiene acceso a sus cuentas en Europa, si es que aún las conserva, de manera que no será asunto fácil.
Por su parte, es de esperar que ocurra algo similar en otros países europeos a los que volaba la compañía, como es el caso de España.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo