Tragedia a bordo del vuelo CX289 de Cathay Pacific. Después de dos años de restricciones, Helen Rhodes y su marido decidieron acudir a Hong Kong para disfrutar de unas merecidas vacaciones junto a sus dos hijos.
Ya de regreso a Reino Unido, en el vuelo de vuelta, la mujer, de tan solo 46 años y sin patologías previas, murió en el asiento por causas que se desconocen.
Su marido, Simon, intentó despertarla después de dos horas de siesta pero no hubo respuesta. Los tripulantes de cabina certificaron la ausencia de pulso.
Al trauma por la pérdida inesperada de su madre y esposa se unió, según narra el diario alemán Bild y reproduce ABC, el trato recibido por parte de la familia.
En primer lugar, el piloto decidió continuar con el vuelo como esta previsto, obligando así a los dos niños y al marido a permanecer durante ocho horas junto al cuerpo de Helen.
Una vez el avión aterrizó en Fráncfort, donde hacía escala, las autoridades alemanas exigieron que el cuerpo permaneciese en el país para practicar la autopsia. Simon y los dos niños tuvieron que continuar hasta Gran Bretaña.
Tampoco hubiesen solucionado mucho desviándose al alternativo, además de originar retrasos importantes en la operativa,total no se podía hacer más por su vida.
Demencial el comentario.
Porque demencial? Me parece trágico pero realista. Y lo de desembarcar el cuerpo en Alemania un trámite inevitable. Todo muy, muy triste, pero correcto en esas circunstancias.
¿Y qué querían? ¿Dejar el cadáver en China, Irán, Irak, Turquía, ...? El piloto hizo lo correcto.
Waoo que tristeza. Esa situación tiene que será muy difícil. Padres Santos.