Nada será igual en el mundo de la aviación tras el coronavirus. Ahora que se puede adivinar el final del túnel, EasyJet explicó en una entrevista en el Financial Times que va a reenfocar su estrategia: competirá frontalmente con las aerolíneas nacionales, las de bandera, y no tanto con Ryanair, Vueling o Volotea, que no tienen las mismas debilidades que las grandes.
Johan Lundgren, el director ejecutivo de la aerolínea naranja, explica que el mayor solapamiento de rutas lo tiene con Air France, KLM, Lufthansa, Tui y British Airways y no tanto con Ryanair y Wizz Air. Debería haber añadido Alitalia, pero ya nadie cuenta con la compañía italiana. Lundgren se explica: las aerolíneas de bandera han llevado a cabo “una gran reducción de la capacidad. Esto nos da una gran oportunidad para crecer”.
Las aerolíneas de bandera dependen más del viajero de negocios, que se teme tarde más en recuperarse y, especialmente, de los vuelos de largo radio que, seguro, tendrán más dificultades en llegar a la normalidad. Lundgren añadió que EasyJet daría prioridad a volar desde los aeropuertos más céntricos, que las low-cost suelen evitar.
Lundgren también dijo que era optimista sobre la temporada de verano, a pesar de las restricciones actuales de cierre y las restricciones de circulación. Dijo que las reservas aumentaron de manera fulminante apenas los políticos sugirieron una relajación de las restricciones. Las vacunas del Covid-19 también será fundamental, indicó. "Esa es la clave, eso es lo que va a desbloquear esta crisis".
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