El modelo de negocio de Easyjet no es exactamente el mismo de Ryanair. Tal vez muy al inicio lo fuera, pero hoy ha evolucionado y está muy dirigido al hombre de negocios, que suele volar entre las ciudades importantes de Europa. También tiene un producto muy vacacional, a Málaga, Alicante o Ibiza, por ejemplo, pero en su caso, las dos cosas conviven (Easyjet abre una base en su país tras más de diez años).
Easyjet ya vuela a varios aeropuertos urbanos que son muy caros, como es el caso de Schiphol, en Ámsterdam, a donde Ryanair no aterriza jamás; o a Charles de Gaulle, en París, que es el aeropuerto por excelencia de las ‘legacy’. Para la aerolínea naranja vale la pena operar a aeropuertos caros porque tiene un cliente que lo valora y al que ella quiere atender, incluso pese a no disponer de clase preferente en sus aviones.
Por eso, Johan Lundgren le dijo a Skift, la publicación americana de turismo y transporte, que considerará volar a Londres Heathrow, que es una de las terminales más costosas de Europa, siempre que se cumplan algunos criterios. Por supuesto, no será para volar a Antalya, sino a Berlín o a Madrid.
El directivo explica que su modelo contempla volar a grandes hubs. Y añade que “si se dan las condiciones, pondríamos una base, no con uno o dos aviones sino más grande”.
Lo que ocurre para que esto no se vaya a concretar en breve es que un slot en Heathrow es carísimo. El último que se vendió, antes de la pandemia, comprado por la aerolínea de Omán, se pagó a 75 millones de euros, una cifra que probablemente Easyjet no estaría dispuesta a pagar. Podría ocurrir, sin embargo, que obtuviera slots en los repartos periódicos que se hacen de aquellos que pierden las aerolíneas que se retiran. Desde ahora, Vueling, una low cost, opera a Heathrow, porque su producto es un poco más sofisticado que el de Ryanair.
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