Easyjet, la low cost británica con presencia en toda Europa, hace mucho tiempo que vuela a Egipto. Sin embargo, desde hace diez años abandonó completamente los aeropuertos de negocios o de turismo cultural, limitando su presencia a Hurgada y Sharm el Sheik, que son resorts de sol y playa. Incluso en estos lugares también redujo su presencia en la pandemia.
Pero ahora regresa también a Luxor, en el centro del país, el aeropuerto por excelencia para ver los templos faraónicos. Este invierno, la aerolínea naranja ha anunciado que volverá a operar en ese aeropuerto, inicialmente desde Gatwick, su mayor base en Europa.
Igualmente, se lanza a Escandinavia, con vuelos a Oslo y también al norte de la región. Easyjet tiene unos pocos vuelos a estos países, dado que su crecimiento está muy focalizado en la Europa continental. Desde hace unos años desarrolló las rutas de Papa Noel, en el norte de Finlandia, pero poco más. Tiene presencia importante en Copenhague, pero en Suecia apenas dispone de rutas y a Oslo sólo operaba unos pocos servicios desde Milán o París. Ni rastro de Malmö o Gotemburgo. Escandinavia era un territorio de Norwegian por un lado y de Ryanair, por otro. Ahora, sin embargo, la low cost anuncia una ampliación moderada de sus rutas, lo que podría suponer un desembarco en toda regla en esta zona de Europa.
Easyjet, ausente en Irlanda, también tiene un gran retraso en Europa del Este. Su fuerte está en Italia, Francia, Suiza, Alemania, Holanda y Gran Bretaña.
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