El que ven es un Boeing 737-800. Los colores son casi idénticos a los de la desaparecida Alitalia, pero si se observa con cuidado, pone Aeroitalia, un nombre diferente, que se corresponde con un certificado de operador aéreo nuevo. El avión de la fotografía está aterrizando en Forli, un aeropuerto interior de la Península. El promotor es un empresario bien conocido: Germán Efremovich, cuya salida de Avianca fue más bien polémica y que hizo varios intentos en Europa para volver a su negocio, entre otras cosas intentando quedarse con la propia Alitalia.
Los planes de Aeroitalia, anunciados en Roma, publicados por TTG Italia, son los siguientes: en un primer momento, el chárter; después el corto radio europeo y, finalmente, el largo radio.
German Efromovich, de nacionalidad boliviana, nunca tuvo interés en la aviación. Él tenía una empresa de combustible a la que le debían dinero y sólo consiguió cobrarla quedándose con dos aviones de sus deudores. Así comenzó a llevar y traer trabajadores de sus pozos petroleros. Después bautizó la compañía como Ocean Air. Así aprendió las bases de este negocio.
No se sabe si había llegado a aprender cómo iba, cuando compró Avianca, que estaba al borde de la quiebra. Como ven, la colombiana no es nueva en esto de estar al bordo del desastre. La compró por 64 millones en 2004.
Pero desde entonces a ahora la gestión de Efromovich fue muy criticada, especialmente la expansión de los últimos años (entró en Argentina, Brasil y Perú, con bases muy débiles). No hay que minusvalorar los conflictos con los socios en Avianca.
De manera que se tiene que ir. Desde entonces, ha luchado por quedarse nada menos que con Alitalia, a la que no ha sido capaz de salvar nadie. Finalmente, el Gobierno le dejó claro que no se iba a quedar con ella, lo que acaba con este nuevo proyecto, literalmente desde cero. Y desde Forli, que tampoco es que sea una base mundial de la aviación.
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