La intensa disputa que viven Madrid y Barcelona en los campos de fútbol está teniendo su símil en el mundo de la aviación, a tenor de las últimas declaraciones de políticos de ambos lugares, reprochándose entre la administración catalana y el Gobierno central distintos tratos de favor.
El último cruce de declaraciones sonado se ha producido este jueves tras las palabras del portavoz de CiU en la comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, Pere Macías, en las que se quejaba de la “diferencia de trato” que el Ejecutivo español otorga al aeropuerto de Madrid-Barajas y al de Barcelona-El Prat.
Macías ha denunciado la "desigualdad" con la que el Gobierno trata a ambos aeropuertos, que se ha hecho todavía más evidente con la inauguración del nuevo servicio de Cercanías hasta la T-4 del aeropuerto madrileño. El diputado de CiU se ha quejado en los pasillos del Congreso de que mientras al aeropuerto madrileño es posible acceder en metro y en tren, en Barcelona han el servicio ferroviario a la nueva terminal.
El Ministerio de Fomento no ha tardado en responderle. Fuentes del departamento que dirige José Blanco han recodado este jueves al partido soberanista catalán que el aeropuerto de Barcelona-El Prat cuenta con conexión de Cercanías “desde hace más de 30 años, mientras que el de Barajas la estrena este jueves”, y que, además, la extensión hasta la T1 del Prat ha sido ya licitada.
Pero el enfrentamiento verbal de este jueves no ha sido el único entre ambas administraciones por motivos relacionados con la aviación. Como José Mourinho y Pep Guardiola, el Ejecutivo autonómico y el central llevan varios meses a la gresca desde la victoria en las elecciones catalanas de CiU y su entrada en la Generalitat con Artur Mas como presidente.
El otro punto caliente en la relación entre ambos son las aerolíneas. El Gobierno de Cataluña ha hecho mención en varias ocasiones a Iberia para justificar su inversión en Spanair. Ferrán Soriano, presidente de Spanair, ha reiterado en varias ocasiones que “hace 10 años el Gobierno español invirtió en Iberia 1.300 millones de euros”. Estas mismas cifras han sido utilizadas por el conseller Lluís Recoder para recriminar a Iberia que se olvidase del aeropuerto del Prat.
Artur Mas, cuya administración se está caracterizando por las medidas de austeridad y los recortes públicos, ha accedido a mantener las inversiones en Spanair, pese a que la aerolínea sea deficitaria.
Pero en el caso de Spanair, las críticas principales no han venido de Madrid, sino de Barcelona. El ejemplo más claro son las declaraciones del consejero delegado de Vueling, Álex Cruz, en las que señaló que una aerolínea sobraba de El Prat. Fuera de la Ciudad Condal, la mayor crítica a Spanair provino de Juan José Hidalgo, dueño de Air Europa, cuando subrayó en privado al presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, que la Generalitat había puesto 200 millones para Spanair.
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