Es verdad que el primer trimestre de cada año es el peor para las aerolíneas porque es cuando hay menos actividad y, consecuentemente, suelen tener resultados negativos. Sin embargo, las pérdidas de Lufthansa, de 849 millones de euros, desbordan las expectativas más pesimistas (Huelga salvaje en Lufthansa: cien mil viajeros se quedan en tierra).
La aerolínea, por ejemplo, había perdido 273 millones de euros en el mismo periodo del año pasado, lo que es coherente con lo que ocurre con las rivales y con su propia historia. Pero este año todo se ha descontrolado.
El grupo explica que “las pérdidas han sido mayores de lo esperado debido a varias huelgas” que se desarrollaron a lo largo del trimestre. Esto ha conllevado una revisión de los objetivos financieros –hablamos siempre del grupo, incluidas las filiales– para el año que, naturalmente, ahora son peores. Inicialmente se esperaban unos beneficios del grupo de 2.700 millones, ahora reducidos a 2.200.
La compañía ha llegado a acuerdos salariales en los conflictos que mantenía, lo que significa que probablemente ya no se repitan los paros. No obstante, los incrementos salariales deberían tener algún impacto en los gastos de las empresas del grupo.
Aunque no se ha mencionado, Lufthansa y sus filiales tienen una presencia importante en Oriente Medio, cuya inestabilidad y cancelaciones de servicios puede afectarle.
Gran fracaso de los directivos.
En su cuenta está el no haber logrado los acuerdos que ahora dicen que evitará huelgas. Eso tenían que haberlo conseguido antes de la huelga.