Cuando un producto entra en el mercado, su precio es un factor clave para competir: el nuevo avión ruso MC21 tendrá precios claramente superiores a sus competidores de Airbus o de Boeing. (Listo el primer MC21 ruso, equivalente al A320 o B737)
Según el periódico moscovita Kommesant, el precio de alquiler de ese avión hoy es de unos 52 millones de dólares (alquiler, no confundir con precio único de venta). El avión se empezaría a entregar a las aerolíneas compradoras en un momento a determinar entre 2028 y 2030. El precio final incluirá los descuentos estatales derivados de las subvenciones.
El fabricante, el consorcio GTLK, admite que los precios superan claramente a sus rivales del mismo estilo como son los Airbus A320/A321 o los Boeing 737-800 y MAX, cuyos precios de catálogo rondan los 100 millones de dólares pero que generalmente hoy se están vendiendo por 50 millones.
Los rusos explican que están fabricando un avión excepcional. Y que su vida útil justificará los precios que el fabricante quiere aplicar.
No obstante, hay un problema de fondo: Rusia, en comparación con el resto de los competidores, produce pocos aviones comerciales. Hace pocos días, Tupolev dijo que iba a aumentar seriamente la producción del Tu 214: pasaría de diez anuales a veinte. Hoy, cada mes los dos grandes entregan a partir de 50 aviones de sus modelos estrella, lo que explica una producción en masa que baja los precios.
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El problema no es que la vida útil sea mayor o menor. La vida útil de un avión casi nunca se alcanza por las aerolíneas que los compran. Generalmente se dan de baja o se revenden mucho antes porque el mantenimiento se encarece cuanto más viejo es el avión y la disponibilidad de las aeronaves baja. Además, los modelos nuevos consumen menos combustible, que es una pieza clave en la estructura de costes de una aerolínea. Finalmente, me gustaría saber cuánto valen los repuestos de un avión que se fabrica mucho menos que los Airbus y Boeing. No hay por donde coger la explicación de que la vida útil es mayor. Vamos, que van a vender aviones a sus aerolíneas y a nadie más.
Yo pienso que se quedará básicamente como un producto de consumo interno. Tal vez China o Bielorrusia o algún país africano los adquiera, pero en Occidente no creo que tenga implantación.