Sólo tres días después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunciase su intención de rescatar la ampliación de El Prat para arañar votos en las elecciones del 12 de mayo, ya se conocen algunos detalles de su propuesta. Sobre el papel, choca con los planes de Aena y el Gobierno central, por lo que tiene pocas probabilidades de prosperar (Aragonès rescata la ampliación de El Prat ante su posible fiasco electoral).
Según informa OnEconomía, la intención del ejecutivo autonómico es la construcción de una terminal satélite, así como un incremento de las operaciones que sobrevuelen las localidades de Gavà y Castelldefels durante las épocas de más tráfico aéreo. No obstante, se opone al alargamiento de la tercera pista sobre la Ricarda y el Remolar, idea que defiende el gestor aeroportuario.
De los 1.700 millones que es esperan invertir en la ampliación, Aragonés plantea la siguiente división presupuestaria: 681 millones para la terminal satélite y la plataforma de aparcamiento de los aviones; 378 millones para favorecer la conexión entre las terminales; 152 para reorganizar la T1; 192 para un nuevo parking; y 39 para mejorar la eficiencia operativa.
Si sumamos todas las partidas, verán que hay unos 260 millones restantes, que, teóricamente, irían destinados a la extensión de la mencionada pista. A este respecto, la Generalitat prefiere que se inviertan en un plan de reducción de ruido para los vecinos de Gavà y Castelldefels, ya que sufrirían una gran contaminación acústica por el tránsito de aviones que baraja este plan.
El presidente de la Comisión para la ampliación del aeropuerto del Prat, Lluís Moreno, ve la idea del govern como “una propuesta de mínimos, que está bien como inicio de negociaciones”, pero que es, a todas luces, “insuficiente”. En su opinión, sin la ampliación de una de las pistas, “se perderá mucha carga de pago”.
Además, desde el sector turístico, el presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Clos, ha señalado que, tras leer varias veces el planteamiento, “todavía no sé cuál es la alternativa”. Considera que avanzar en un proyecto más ambicioso es “básico” para “posicionar Barcelona en el mundo”.
En este contexto, todo apunta a que el plan no saldrá adelante. Además de chocar con Aena, el propio Gobierno central considera que es inviable. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha manifestado que “vulnera un acuerdo previo existente ya que empeora la acústica de los vecinos de Castelldefels y Gavà”.
Tienen tiempo hasta 2026 para que entre en la nueva regulación Dora III, eso sí, no es un proyecto a corto plazo, estará por encima de los 10-12 años.
El Prat, moneda de cambio en función del resultado electoral en Cataluña.
Todos los aeropuertos estatales deben pasar a manos de las autonomías. Sin embargo, éstas sólo quieren los que generan beneficios. Los otros, que los pague el Estado. Por eso nunca se han puesto de acuerdo. Pero eso de elegir aeropuertos a la carta no funciona.
Si la Generalitat quiere el Prat, fenomenal, pero también se debe llevar Sabadell, Reus y Girona. Eso implica que las demás autonomías deben hacer lo mismo con los aeropuertos de sus regiones.
En la época en la que todos querían un aeropuerto en la puerta de casa mientras pagaba el Estado nadie se quejaba, pero cuando depende de los pttos. autonómicos ya es otra cosa... con Pólvora del Rey todo esta chupado.
Eso lo arregla Begoño a cambio de unos milloncejos.
El único objetivo que tiene el Gobierno Central es invertir lo mínimo en el Prat, si las intenciones hubieran sido buenas, por lo menos ya estaría construida la Terminal Satélite.