Primera intervención del Gobierno en un asunto de la aerolínea nacional de Malta. El primer día en que la compañía KM Malta inició sus vuelos, una noticia conmocionó a la isla: la dirección anunció que como el 80 por ciento de los viajeros no son nacionales, dejaría de pedir a los empleados que sean capaces de hablar maltés. Y eso desató la furia de los nacionalistas y no sólo de ellos (Primer lío de KM Malta: suprime la lengua maltesa).
Robert Abela, el primer ministro, se vio obligado a intervenir. “He pedido a KM Malta que asegure que el personal de cabina sea capaz de hablar maltés. Di instrucciones claras. Yo espero que la tripulación hable maltés a bordo de la aerolínea nacional de Malta”. Añadió el primer ministro que la compañía le había asegurado que cumpliría con sus instrucciones.
El inicio de las operaciones de KM Malta ha sido movido. Un juez le aplicó una sentencia de tres meses de prisión a un hombre que el primer día orinó en la cabina de la aerolínea una vez que se había encendido la señal de cinturones de seguridad abrochados y no se le permitió ir al lavabo. El viajero, alemán, fue detenido al tomar tierra. Fue llevado a un hospital donde se certificó su evidente borrachera. Acto seguido un juez lo condenó, aunque no tendrá que pasar en los calabozos el periodo de tiempo de la pena.
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