Trump Shuttle ha pasado a la historia y no precisamente por su éxito, sino por la concatenación de errores que hizo que el mismo Donald Trump perdiera, al menos, unos 120 millones de dólares. El actual presidente de los EEUU quiso crear una aerolínea para trayectos de corto recorrido que deslumbrara al igual que sus casinos: mucho oro, mármol y cosas brillantes. Para ello pidió un préstamo de 380 millones de dólares a un consorcio de 22 bancos pequeños y compró una división de Eastern Airlines, que en ese momento tenía problemas financieros.
No obstante, Trump desconocía que su “estilo” no era el más apropiado ni práctico. Para empezar,algunos objetos pesaban demasiado para incluirlos en la aeronave. Por ello, tuvo que descartar los lavabos de mármol que ya había ideado. Aunque no quiso renunciar a la gruesa alfombra de color burdeos, la cual se convirtió en una pesadilla para los pasajeros: resultaba casi imposible hacer rodar las maletas por esa moqueta (61.000 pilotos de EEUU y Canadá piden a Trump que pague a los controladores aéreos).
Y es que a los pasajeros les traía al pairo los materiales bañados en oro, asientos de cuero y hebillas cromadas, entre otros materiales ostentosos. Lo único que querían era más practicidad, sobre todo para trayectos entre Nueva York y Boston que apenas duraban una hora. A esto hay que sumar que poco después de inaugurarse el servicio, el 23 de junio de 1989, Trump empezó una fatídica estrategia de marketing. En lugar de anunciar los beneficios de viajar con su compañía aérea, se dedicó a intentar derribar a su rival Pan Am, atacando la poca seguridad de la que fue Pan American World Airways, algo que no les pareció correcto ni a sus propios aliados.
Tres meses después sus propios comentarios se volvieron en contra puesto que uno de sus aviones se estrelló en el aeropuerto de Logan, aunque ningún pasajero resultó herido, según se puede ver en el vídeo publicado por Amazing Info TV. La operación cesó oficialmente en abril de 1992, cuando los bancos contrataron a US Air para ejecutar la operación. Trump se se libró de pagar los 250 millones de dólares que debía, ya que se convirtió en responsabilidad del comprador, pero perdió, al menos, 120 millones de dólares debido al fracaso de su aerolínea.
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