A partir del 31 de octubre, en Emirates no empieza la temporada baja, sino que va a reforzar su operativa con Gran Bretaña, hoy ya desmesurada. En el primer aeropuerto de Londres, Heathrow, la compañía aérea de Dubái incorpora su séptimo vuelo diario que refuerza a los actuales seis servicios cubiertos con A380, sus aviones de más capacidad. El séptimo vuelo será atendido con B777 y volará diariamente, menos domingo y lunes (Emirates inicia vuelos a un tercer aeropuerto de Londres).
La relación aérea entre Gran Bretaña y Dubái es prácticamente de puente aéreo, con 126 conexiones semanales desde sus diversos aeropuertos. Porque no es sólo estos siete vuelos desde Heathrow, sino que desde Gatwick hay tres vuelos diarios (con A380) y Stansted también hay dos diarios (Boeing 777). A Newcastle, en el noreste, hay también dos diarios.
En la segunda ciudad del país, Birmingham, Emirates opera con el A380, por supuesto la única compañía que se atreve a llevar un avión tan grande y diariamente. Lo mismo ocurre en Glasgow, la segunda ciudad de Escocia, a la que va el A380 diariamente. No hay que olvidar los servicios a Mánchester, también con A380.
Lógicamente, tal volumen de operaciones no va dirigido sólo al mercado local de Dubái, sino que se destina al hub en el que se enlaza al Extremo Oriente o a Australia.
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