El caos en el aeropuerto de Dubái se intentó minimizar desde el primer momento, salvo porque las imágenes sugerían que aquello era más un puerto que un aeropuerto, dada la magnitud de la inundación. La realidad, efectivamente, se ha demostrado peor de lo que nos venían contando (Tremendas imágenes: caos por unas horas en el aeropuerto de Dubái).
Este viernes el aeropuerto por fin confirmó que ya opera con normalidad, lo que quiere decir que desde hace tres días tiene problemas, lo que en lenguaje aeroportuario significa gente por todos lados, separadas de sus equipajes y enfadada. Emirates, la aerolínea que domina ahí, dio una idea del caos al anunciar ayer a primera hora la suspensión provisional de todos los check-in para pasajeros en tránsito, mientras no resuelva el caos que arrastra con pasajeros en varios hoteles, aeropuertos y, sobre todo, con conexiones perdidas, dado el modelo del hub la compañía.
Todas las conexiones estuvieron suspendidas durante el viernes, hasta despejar el caos existente. Únicamente se admitían los pasajeros que tenían Dubái como destino final, una minoría.
Tanto el director ejecutivo del aeropuerto, Paul Griffiths, como Majed Al Joker, el jefe de operaciones, dijeron que este fin de semana se normalizaría la situación.
Como es de imaginar, medio metro de agua inundando todo tiene consecuencias en los equipos eléctricos, en las cintas transportadoras, en los vehículos auxiliares, en los depósitos y tuberías de combustibles, en la señalización, etcétera. Resolver estos problemas no podía ser cosa de un día, como finalmente se ha visto.
Desde este sábado, dicen las partes, se retorna a la normalidad. A ver si ahora es cierto.
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