Cuando dentro de unos pocos años le lleguen a Air France los aviones Airbus 220 que la aerolínea francesa se ha comprometido a comprar, en realidad habrá dado empleo a miles de americanos del estado de Alabama, porque la factoría del Airbus 220 está en Mobile, en esta región sureña. Desde este mes, los aviones de este modelo se comenzarán a fabricar en esa fábrica.
La historia es muy curiosa. El A220 en realidad era el CS300 que diseñó y comenzó a fabricar la canadiense Bombardier en su factoría de Mirabel, en Quebec. Desde allí salieron los primeros aviones vendidos a Swiss o a Air Baltic. Todo se complicó cuando Bombardier cerró la venta de una cantidad de aviones con Delta. Boeing presentó un recurso por supuesto dumping y el gobierno de Trump le impuso unos aranceles tales que el avión resultaba invendible. Añadan la crisis económica de Bombardier que se había gastado todo lo que tenía en hacer un avión excelente, y entenderán que al poco tiempo le cediera todos los trastos a Airbus, que se comprometía a fabricar el avión en Alabama –donde ya tenía una factoría que produce parte de la gama 321--, de forma que el contrato con Delta se salvaba.
Ahora, dos años después de aquella historia, Jeffrey Knittel, el director general de Airbus en Alabama dice, con razón, que “la expansión de nuestra producción de aviones comerciales en Mobile, con un segundo producto y con 400 empleos más, consolida el carácter mundial de Airbus y confirma que Airbus es parte de la estructura productiva de Estados Unidos.”
El avión no se dejará de fabricar en Canadá, aunque la producción estará repartida.
Lo que ha ocurrido en agosto es que una factoría nueva, específicamente dedicada a este modelo, acaba de comenzar a operar. Hasta ahora, se hacían algunas cosas pero en instalaciones fundamentalmente dedicadas a otros aviones. La nueva nave está previsto que produzca entre 40 y 50 Airbus 220 al año.
La demanda de este avión, con capacidad para 146 personas, dependiendo del modelo, está yendo mucho mejor y las críticas a su potencial son muy generosas. Prácticamente supone la desaparición del modelo 318 y 319 de Airbus, de los que los especialistas dicen que no pueden competir con el diseño del avión canadiense.
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