Hace dos años, Jet2 padeció varios incidentes en sus aviones, debido a pasajeros que estaban comportándose inadecuadamente, casi siempre por efectos del alcohol. De cara al verano de 2015, se introdujo una política radical de persecución de estos comportamientos de forma implacables. Pues bien, en ese tiempo, Jet2 ha prohibido de por vida que 75 pasajeros puedan volver a subir a sus aviones, debido a su mal comportamiento a bordo. Otros 600, ni más ni menos, han sido rechazados de un vuelo concreto, por su conducta.
Esta es en todo caso una consecuencia cuantitativamente importante, pero no es lo peor que le puede pasar al pasajero incómodo. Porque la compañía, además, exige en los juzgados que se le devuelve cada euro que pierda como consecuencia de los incidentes. En el caso de que avión tenga que aterrizar para bajar al pasajero, le repercute todos los costes de combustible, aeropuertos, retrasos, etcétera, y se los exige en los juzgados. Por supuesto, además, de hacer públicos los nombres de los acusados.
Es el caso de Clifford Nicholl y Charles Thomson, que tuvieron que devolver a la compañía el coste de los incidentes causados por su conducta inapropiada, aunque no se ha desvelado la cuantía. Thomson, además, ha tenido una multa impuesta por los jueces. En este caso, tiene también una prohibición de por vida para volar con esta compañía. En el caso de Nicholl, ha tenido que pagar y se le ha negado el regreso a su aeropuerto, en East Midlands.
La compañía, además, ha impuesto una prohibición para la venta de alcohol en sus vuelos, y han exigido a los aeropuertos que prohíban el alcohol en sus dependencias.
Cierto es que Jet2 vuela desde aeropuertos en los que hay bastante tradición de comportamientos inadecuados o, si lo prefieren, de bebedores compulsivos. Pero, en todo caso, es el primer caso de una compañía que parece totalmente decidida a luchar contra estas prácticas de forma radical.
Hace falta vuelos de Jet2 desde aeropuertos españoles a otros destinos europeos que no sea solo a Reino Unido