El volcán siciliano Etna está prácticamente en erupción constante, aunque ello no impide que el aeropuerto Fontanarrosa, de la ciudad de Catania, opere normalmente. Pero este viernes fue tanta la ceniza que cayó sobre la pista que hubo necesidad de cerrarlo.
La decisión se adoptó por la mañana, con la intención de reanudar los vuelos más tarde a ser posible en el día. Las columnas de cenizas se elevan hasta cuatro kilómetros y medio por encima del volcán, lo cual genera otros problemas que no impiden al aeropuerto operar, aunque con precaución y restricciones.
La vida en la ciudad situada al pie del volcán se vio alterada por las gruesas capas de cenizas que cayeron en las calles. El tráfico de coches tuvo que ralentizar se por los problemas que se habían generado, por lo cual fue necesario aplicar una limpieza especial.
La alerta sobre el Etna se extiende también al Estrómboli. Este es un volcán isla, situado a corta distancia de Milazzo, una localidad al norte de Sicilia. El Estrómboli suele presentar más riesgo que el Etna, según los expertos.
Catania es el segundo aeropuerto más importante de Sicilia y es el enlace natural de toda la costa este de la isla, entre cuyas poblaciones, además de Catania, se encuentran Messina, Noto, Siracusa, Augusta o el famoso enclave de Taormina.
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