Un total de 589 vuelos y casi 75 mil pasajeros sufrieron las consecuencias de la falta de controladores en el aeropuerto de Kastrup, en Copenhague (Dinamarca), según informa el portal Aviation24.
Naviair, la empresa danesa encargada de la gestión del control aéreo, se encuentra con este problema después de haber despedido a 45 de los 300 controladores que tenía, durante la pandemia de Covid. Ahora, no todos los 45 han regresado, de manera que la plantilla está mermada y, encima, se niegan a hacer horas adicionales sin incrementos salariales.
Los controladores piden aumentos salariales del 40 por ciento que dejaría sus salarios en los 230 mil euros (alcanzando los sueldos de los controladores españoles de cuando la crisis con el ministro Blanco).
La dirección de la empresa ha intentado avergonzar a los controladores del país haciendo público lo que están ganando actualmente y lo que llegarían a ganar si se les aprobara el aumento (de 1,2 a 1,7 millones de coronas anuales).
El conflicto ha hecho que algunos controladores adicionales abandonaran la empresa, generando el caos actual. Esben Jean-Pierre Blum, el responsable del sindicato de controladores dijo que “actualmente la única solución que tiene Naviair para resolver este colapso es haciéndonos trabajar horas extra a nosotros. En el año pasado cubrimos 1.500 turnos adicionales, lo cual no es una solución aceptable”.
De lunes a viernes, un 37 por ciento de los vuelos ha tenido retrasos, el viernes está proporción llegó al 53 por ciento y el domingo alcanzó el 65 por ciento, lo que significa dos de cada tres.
… se niegan a hacer horas adicionales sin incrementos salariales.!!!
La eterna diferencia entre los que van a calentar la silla y los que trabajan … para ganar dinero, a más hrs, mayor salario, responsabilidad y riesgos.
Ep artículo da a entender que sin subidas del 40 por ciento no se harán horas extra.
Lo que en realidad ocurre es que se pretende que las horas extra sean pagadas a un precio 40 % superior.
Nada de otro planeta, si voluntariamente se trabaja por encima de lo regulado.
Lo que se esconde con el dedo señalando a los controladores es una nefasta planificación desde Recursos Humanos de esa empresa.
Maniobras de distracción masiva.
Lo de siempre. El director general ya despedido se va con la música a otra parte y deja el control aéreo del país en el peor estado de su historia, situación que tardarán muchos años en revertir. Mientras los gestores sólo vean los despidos como solución a las bajadas de tráfico, la aviación comercial seguirá siendo un sector cada vez menos atractivo para trabajadores cualificados y estos problemas cada vez serán más frecuentes y graves.