Air France, que está en medio de una hemorragia de dinero como consecuencia de la pandemia de coronavirus, ha presentado ante la dirección de la Competencia de la Comisión Europea el plan de recapitalización que ha negociado con el Gobierno y que le supondrá una aportación de unos 3.000 millones de euros para reforzar su liquidez.
Según informa el periódico financiero parisino La Tribune, no existe el riesgo de que la Comisión rechace el plan pero sí es muy probable que obligue a la compañía francesa a que renuncie a una buena parte de los slots que tiene, siguiendo la exigencia planteada en su momento a Lufthansa, quien también pidió la aprobación de las ayudas del gobierno alemán.
Según este periódico, la Comisión exige a Air France que prácticamente renuncie a todos los slots en el aeropuerto de Orly, el segundo más importante de París. Según la misma fuente, Bruselas exige que Air France abandone cada día 24 slots en Orly, igual que exigió a Lufthansa que abandonara en Munich y en Frankfurt. En total serían unos 9.000 slots anuales.
La decisión del gobierno francés de ayudar a Air France, obviamente, se deriva del hecho de que la compañía de bandera no puede sobrevivir en la situación actual de mercado. Su caso, como el de KLM, parte de la misma empresa, como el de British Airways, Iberia, Lufthansa o Alitalia es más complejo que el de compañías como Ryanair o Easyjet porque el parón en los vuelos transatlánticos es mucho más acusado que el de los vuelos europeos. Incluso, se espera que el despegue y la normalización de los de largo recorrido sea más lenta y azarosa que la de los locales, para los que se espera que los viajeros se muestren más dispuestos.
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