La Comisión Europea, que no puede permitirse castigar a Italia por las ayudas de Estado que entrega sistemáticamente a su aerolínea porque ocasionaría un problema político tremendo, ha decidido prohibir al Gobierno de Roma que mantenga el nombre Alitalia para su nueva aventura. Después de 75 años, Italia perderá la marca de su primera aerolínea, prácticamente lo único que tenía valor (Alitalia, con la misma piedra por enésima vez).
Según publica el semanario L’Espresso, con esta condición, se permite que vuelva a operar la compañía, probablemente ahora con el nombre ITA.
En realidad, hace ya once años que Alitalia pierde dinero y vive del Estado. En ese tiempo, ha tenido gestores privados, pero elegidos por razones no comerciales. Y ha sido ayudada en tres ocasiones, aunque la última dura ya cuatro años (La nueva Alitalia tendrá un 75% menos aviones).
Ahora, Italia ya no pretende que sea una empresa privada, sino directamente pública. Y para ello ha pedido permiso a la Unión Europea. En una carta fechada el pasado ocho de enero, la Comisión le dice que la nueva compañía debe ser lanzada “en un concurso abierto, transparente, sin condiciones y no discriminador”. Y rechaza que “el viejo operador [Alitalia] pueda vender sus bienes a la nueva compañía en una negociación privada”. Ahora habrá que ver cómo Roma burla estas condiciones, porque esos bienes son los que llevan a los empleados.
La Comisión podría bloquear los tres mil millones de ayudas que el Gobierno quiera aportar a ITA. También le exige que no puede ser aerolínea, gestora de handling y llevar el negocio de mantenimiento. La Comisión sugiere que estos dos últimos negocios se vendan a otros agentes. Aunque, en Italia es bien conocido que casi todas las ramas de actividad de Alitalia necesitan de un fuerte recorte de plantilla para adaptarlas a la realidad.
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