Pasar un verano de caos, acumular pérdidas de varias decenas de millones de euros y ser la gran mancha negra en la carta de presentación del grupo Lufthansa era motivo más que suficiente para que Thorsten Dirks, el director general de Eurowings, la filial de bajo coste de la alemana, tomara medidas, ahora que estamos en enero y hay una cierta calma.
La principal es la confirmación de que gradualmente Brussels Airlines se integrará absolutamente en la marca Eurowings, haciéndose cargo de todos los vuelos de largo recorrido de la compañía. Los vuelos de corto radio, en cambio, se integran en Eurowings, que sigue siendo un conglomerado de diferentes empresas, algunas de ellas operativamente ajenas al grupo.
Al tiempo, Oliver Wagner, asume la responsabilidad comercial de la aerolínea mientras que Christina Förster sigue en el mismo puesto, pero con la integración de la filial belga, asume más área de negocio.
De los cinco mil puestos de trabajo nuevos que el grupo Lufthansa dijo que crearía en sus empresas, 200 son para Brussels Airlines.
Sin embargo, los analistas internacionales siguen sin entender el negocio del bajo coste de Lufthansa. En primer lugar porque su bajo coste sólo es considerado bajo coste en la sede de Lufthansa. Nadie más en el mundo de la aeronáutica comercial considera que los costes operativos de Eurowings sean viables. Igualmente, la estructura operativa, antes y después de la fusión con Brussels Airlines, es confusa y poco eficiente (Golpe a la aeronáutica rusa: Brussels Airlines devuelve sus aviones Sukhoi).
Para que se hagan cargo de la estructura extremadamente inusual de Eurowings, una de las decisiones que se acaban de adoptar es la centralización de compras. Ninguna aerolínea, mucho menos las de bajo coste, mantiene una política de compras descentralizada. Esto, sin embargo, parece que se va a ordenar.
En 2018, Eurowings vivió momentos de caos operativo, con niveles de puntualidad que cayeron entre los meses de mayo y agosto a menos del 60 por ciento, causando enormes compensaciones económicas a los viajeros.
Para evitar que el caos se repita, la compañía ha decidido que los aviones que hacen recorridos domésticos no hagan vuelos internacionales y que los tiempos en los aeropuertos sean mayores.
Mientras tanto, Germanwings, la otra filial bajo coste de Lufthansa, que iba a ser absorbida por Eurowings, continua operativa.
Ya podrian poner una base en madrid y poner algo de competencia de calidad