Cayó el gobierno de Michel Barnier y con él cayó el proyecto de obtener mil millones de euros anuales con impuestos adicionales a la aviación, aduciendo razones ambientales. Ahora llega el nuevo gobierno de François Bayrou, igual de inestable que el anterior, y anuncia que será aún más severo en los impuestos a la aviación (Francia vive un caos de país bananero por la tasa aérea).
En una entrevista a Le Parisien, la ministra de Hacienda, Amélie de Montchalin, dijo que es partidaria de mantener el impuesto. “Es una medida de justicia fiscal y ecológica. El veinte por ciento más rico de la población es responsable de más de la mitad del gasto en viajes aéreos”, argumentó, añadiendo que está dispuesta a aumentar la recaudación inicialmente prevista.
No obstante, el sector de los viajes y el turismo mantiene su oposición y su presión al gobierno, afirmando que la medida es una pérdida de competitividad para Francia frente a otros destinos y que eso contribuirá a frenar la creación de empleo.
No obstante, pese a las declaraciones, el presupuesto del año 2025 para Francia no está siquiera esbozado y ahora se inician las consultas para su tramitación (Francia: de 10 a 120 euros más por billete de avión por los impuestos).