La quiebra de Aigle Azur y los 19 mil viajeros que han perdido su dinero están levantando una polvareda en Francia, exigiendo protección pública ante los ceses de actividad imprevistos. La crisis de Aigle Azur es la trigésimo sexta caída de una compañía aérea en Europa en los últimos diez años, con decenas de miles de víctimas que han visto arruinados sus planes, sin que ninguna autoridad haya puesto límite a esta situación.
El mensaje más contundente proviene de la ECTAA, que son las iniciales de la Asociación Europea de Agencias de Viajes y Tour Operadores. Su presidente, Pawel Niewiadomski, recuerda que mientras “las agencias de viajes tienen que ofrecer costosas garantías financieras o suscribir un seguro contra su propia quiebra, las aerolíneas no tienen obligación alguna de proteger a sus clientes contra su insolvencia.
La estructura actual del sector aéreo europeo hace pensar que las crisis pueden sucederse en los próximos años”, con lo que se puede esperar más víctimas.
Las escenas de familias en varios aeropuertos, habiendo perdido el dinero gastado en un vuelo, se repiten en las televisiones francesas. La ECTAA pide un mecanismo obligatorio para proteger al consumidor.
La lista de personalidades del mundo de la economía que está manifestándose en Francia es relevante. Este martes se supo que el fundador de MisterFly, Nicolas Brumelot, ha pedido en Facebook que las compañías aéreas impidan este atropello a las agencias de viajes.
“Las garantías que dan las agencias de viajes a las aerolíneas se suman a otras garantías a las que están sometidas. Estas garantías –que son sobre todo avales-- han sido creadas por el legislador para proteger a los consumidores en caso de que una agencia quiebre. Pero en cambio –añade Brumelot-- no existe ninguna garantía financiera si quiebra la aerolínea”.
La situación legal en España es idéntica a la de Francia, pese a los cuantiosos antecedentes de crisis de aerolíneas.
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