El Gobierno francés ha decidido no vender su participación del diez por ciento en la propiedad del aeropuerto de Toulouse. El asunto no tendría más historia, si no fuera que quien quiere comprar esa participación es otro socio, Casil Europe, que con esa participación tendría la mayoría. Casil Europe es una sociedad china, propiedad del estado, a través del grupo Shandong Hi-Speed. En otras palabras: el Gobierno francés está impidiendo que el Gobierno chino asuma la propiedad del aeropuerto de Toulouse.
Casil podría haber comprado esta participación, porque el Gobierno francés tiene la opción de vender esta participación desde el mes de abril de este año. En diciembre, altos cargos del ayuntamiento local exigieron al primer ministro, Edouard Philippe, que no venda su participación porque eso equivaldría a que este aeropuerto quedara en manos extranjeras, o más exactamente chinas.
La autoridad local y la Cámara de Comercio de Toulouse tienen un 40 por ciento de la sociedad, pero son recelosos de la actitud de Casil, pese a que la sociedad china ha hecho un gasto importante en la modernización del aeropuerto. Esto ocurre precisamente cuando el Gobierno francés, acosado por la mala situación financiera del país, ha anunciado que pretende vender bienes públicos por un importe de unos 10 mil millones de euros, para con ello financiar más investigación e innovación.
Los expertos esperan que entre los bienes que se vendan esté una participación significativa en Aeropuertos de París, que opera los dos grandes aeropuertos de la capital, o Electricite de France (EDF).
El aeropuerto de Toulouse tuvo en 2017 un aumento de tráfico del 14.6 por ciento, lo que lo convierte en el quinto mayor del país. El crecimiento ha venido de la mano de Easyjet y Ryanair, que son operadores destacados en la terminal.
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