Haciendo el ridículo con Vueling

Las autoridades de Baleares han abierto un expediente sancionador a Vueling porque la compañía aérea cobra a los viajeros por llevar un equipaje de mano de cierto volumen. El precio está descrito perfectamente en la página web de la aerolínea, donde se explica qué se puede transportar con el precio base y qué exige un plus adicional. Es decir que se trata de un acuerdo entre las partes, que no presenta ninguna novedad respecto a los acuerdos que se pueden firmar por los particulares en cualquier otro lugar. Y por otras aerolíneas, incluso en las mismas rutas (Abren expediente sancionador a Vueling por cobrar el equipaje de mano).

Sin embargo, las autoridades consideran que no se cumple con la legislación que, en un algún lugar, establece que se ha de poder transportar el equipaje de mano gratuitamente, lo que quiere decir en definitiva que el precio básico debería incorporar la posibilidad de transportar un ‘trolley’.

En realidad, con todas las aerolíneas se puede transportar equipaje básico, lo que ocurre es que ese ‘básico’ en la mayor parte de los casos hoy se reduce a un bolso de mano que quepa debajo del asiento y no al ‘trolley’ habitual. Obviamente, las aerolíneas quieren cobrar a los pasajeros por llevar el equipaje que suelen transportar, aumentando sus ingresos.

¿Dónde está el ridículo de nuestras autoridades? ¿Por qué lo que hacen está condenado al fracaso?

Simplemente porque toda Europa, incluido el resto de España, está permitiendo estas tarifas, lo cual convierte a Baleares en una región que hace el ridículo. Nunca las aerolíneas van a aceptar un tratamiento diferente para una región en particular, por razones operativas elementales. Es decir: estamos haciendo una bobada cuando los pasajeros vienen a Baleares desde Madrid, París, Berlín o Londres con un modesto equipaje de mano y pretendemos que puedan regresar con un bulto un poco mayor. Absurdo.

Pero observen cómo estas mismas administraciones públicas que ahora nos defienden a los consumidores de esta tontería, callaron como muertos cuando las aerolíneas no nos devolvían el dinero que habíamos adelantado para los viajes cancelados durante el confinamiento del coronavirus. Y eso sí era inequívocamente ilegal y sumaba millones y millones de euros. Ahí, los consumidores podíamos perder todo el dinero sin que nadie moviera un dedo. En cambio, se desgañitan por el tamaño de la maleta que podemos llevar, aunque no traer.

Desde luego, son tan burdos que ofenden.