Ustedes deben conocer a la compañía aérea chárter portuguesa Hi Fly porque fue la primera que operó un Airbus 380 en el mercado de alquiler, aparentemente con poco éxito incluso antes de la pandemia. Ahora logró otro mérito desde el punto de vista de la imagen al poner un Airbus 340 de cuatro motores en la Antártida.
Según la propia compañía, el comandante Carlos Mirpuri voló el avión desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hasta la pista de la Antártida, en apenas unas cinco horas (son 2.500 millas). El avión partió a las ocho de la mañana.
Nunca antes un avión de esta envergadura había tomado tierra –o hielo, más exactamente-- en el continente polar. La redundancia de los motores es un factor positivo para esta operación.
El objetivo del viaje es doble: por un lado, llevar un grupo reducido de 23 personas, una parte de los cuales son turistas y por otro relevar a un grupo de científicos que están en una de las bases del lugar. En bodega había una gran cantidad de carga para las estaciones situadas en la zona, para pasar la temporada de verano que prácticamente está iniciándose ahora.
La escala en el polo tuvo una duración de apenas tres horas, debido al trabajo del personal de tierra.
La compañía explicó que el avión pasó del control local del aeropuerto de salida al control oceánico de Johannesburgo.
¿Algo más que destruir?