No es que 19,3 millones de viajeros en un mes sea una cifra escandalosa, es que se trata de un aumento del 11 por ciento sobre el año pasado. La líder crece como ninguna otra, superando todos sus registros históricos que, tal vez, podrían verse superados nuevamente en julio.
Lo más espectacular de los resultados de Ryanair, con fuerte repercusión en sus cifras de negocio, es el índice de ocupación de asientos: en ese mes, la compañía dice que el 95 por ciento de los asientos estaban ocupados. Más que en abril o en marzo de este año, cuando estuvo en el 92 y 93 por ciento. Esto demuestra la capacidad de la compañía para exprimir hasta el último euro de sus posibilidades porque esos últimos pasajeros son ingresos adicionales sobre coste que no varían.
Ryanair, que tiene cerca de 500 aviones divididos en las marcas Ryanair, Malta Air, Buzz, Ryanair UK y Lauda, operó 106 mil vuelos, una ligera mejoría con respecto a los 105 mil de mayo, con un día más, y bastante por encima de abril (98.400 vuelos) y marzo (77.000). Unos 400 vuelos fueron cancelados por los retrasos en los controles aéreos.
Las únicas nubes en su horizonte son los retrasos en las entregas de aviones por parte de Boeing, atascada en su renovación de los procesos fabriles (Ryanair: “Existe el riesgo de que las entregas de Boeing disminuyan aún más”).
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