Ni un avión comercial operará este jueves desde los dos aeropuertos de Bélgica, Zaventem en la capital y Charleroi, unos kilómetros al sur, donde vuelan sobre todo compañías low cost.
La huelga es parte de un movimiento más general que también ha paralizado la recogida de basura y que exige al gobierno que mejore las condiciones de vida de la gente, como es el caso de los parados, y mantenga los beneficios sociales tradicionales. Además, el paro es en oposición a una reducción de los costes del despido, cambios en el régimen de pensiones, obviamente en perjuicio de los pensionistas, y recortes en los servicios públicos.
Había sido anunciado con tiempo y las compañías aéreas, informadas, ya han cancelado sus vuelos y negociado con sus clientes las posibles alternativas.
El aeropuerto de Bruselas espera que no haya servicio de handling ni personal de controles de seguridad, por lo que la terminal quedará inoperativa. De hecho, se pide a los viajeros que directamente no acudan al aeropuerto. También se han cancelado los vuelos de llegada.
Igualmente, los controladores aéreos votaron sumarse a la huelga, con lo que las posibilidades de volar son nulas. Por el contrario, los ferrocarriles de la SNCB, la operadora estatal, operarán normalmente.