IAG ha colocado 1.200 millones de deuda, con el objetivo final de mejorar su posición de liquidez, en una operación que consta de dos tramos, ambos de 500 millones, aunque el segundo se ha ampliado finalmente a 700 millones. El primero vence el 25 de marzo de 2025 y el segundo, cuatro años más tarde. El tipo de interés que abonará IAG en el primer tramo asciende al 2,75%, mientras que el del segundo será un 3,75%.
La demanda ha multiplicado por cuatro la oferta, pese a ser catalogados, según Expansión, como "bonos basura" por las agencias de rating S&P y Moody’s, aunque los mercados financieros obvien estas advertencias ante la abundancia de liquidez monetaria. La demanda para el primer bono se ha situado en los 2.250 millones de euros, es decir, 4,5 veces la cantidad finalmente adjudicada, mientras para el segundo bono, las órdenes han superado los 3.000 millones, 4,2 veces la oferta final.
La matriz de Iberia, British Airways y Vueling, que el pasado febrero tenía 10.300 millones de liquidez, ha respondido así a que EY, en su informe anual de auditoría de 2020, advertía del riesgo de insolvencia si la crisis se alarga y se incumple el escenario pesimista del hólding, consistente en operar a una media del 40% de su capacidad entre enero de 2021 y marzo de 2022 (Iberia: su matriz lanza 1.000 millones en bonos para ganar liquidez).
IAG ha aprovechado una ventana en el mercado de renta fija, tras la intervención del Banco Central Europeo (BCE) de la pasada semana en la que se comprometió a acelerar el ritmo de compras, y que ha provocado una avalancha de emisiones esta semana como Santander y BBVA en España, y también una larga lista de empresas europeas, con un volumen de bonos colocado en estos cinco días hábiles por encima 50.000 millones de euros.
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