El juicio que enfrenta a IAG con la Asociación de Afectados por el Desmantelamiento de Iberia (AadIberia) ha quedado visto para sentencia, después de que ambas partes se vieran las caras el pasado viernes, 5 de febrero, en el Juzgado de lo Mercantil 9 de Madrid (El juzgado dirime la legalidad de la indemnización de IAG a Sánchez-Lozano).
La demanda interpuesta por AadIberia solicitaba la nulidad del acuerdo primero de la Junta General Ordinaria de IAG celebrada el pasado 18 de junio de 2014, en la que se aprobaron las cuentas del 2013 y, por extensión, la indemnización millonaria al ex consejero delegado de Iberia, Rafael Sanchez-Lozano, que ascendía a 3,6 millones de euros.
Aadiberia ha recordado que esta retribución equivale a 500 días de salario por año trabajado, lo que la asociación considera “un premio por los servicios prestados en los planes que permitieron el despido, a través de un ERE injustificable, de más de 2.000 trabajadores en condiciones más que favorables a la empresa”.
En el acto, AadIberia quería demostrar, además, que IAG pagó una retribución adicional a Sánchez-Lozano de 316.000 euros en seis meses, alegando estar buscando un empleo remunerado, sin haber comprobado si realmente era verdad o no y si cumplía los requisitos para recibir tal cantidad (Sánchez-Lozano se lleva 316.000 euros extra de IAG para recolocarse).
Durante el juicio, la matriz de Iberia aportó “tres correos electrónicos girados entre un representante de la compañía y el propio Sánchez-Lozano, quien en los mismos menciona haberse reunido con distintos 'head hunters' y haber mantenido distintas reuniones para encontrar trabajo, sin que se haya aportado prueba alguna que lo acredite”. Desde AadIberia, insisten: “El propio representante de IAG admitió en el interrogatorio que por parte de su grupo no se había realizado ninguna otra comprobación distinta a los correos electrónicos”.
Uno de los mayores sinvergüenzas de la triste historia de los pelotazos empresariales de las últimas décadas.
El hombre que, junto con Blesa puso a Antonio Vázquez en la presidencia de Iberia porque, según correos electrónicos interceptados al ex-presidente de Bankia; "éste (Vázquez) no se va a meter en nada".
El encargado de la compra de aquel banco de Miami por el que se pagaron unos cuantos cientos de millones de euros más de lo que valía.
El que se pasea haciendo exhibición de su colección de Mercedes clásicos mientras unos cuantos miles de empleados de Iberia están en el paro y los que aún quedan trabajando lo hacen con el sueldo "intervenido" para pagar, entre otras cosas, las indemnizaciones que se fijaron Sánchez Lozano y el inútil (definición, no insulso) de Vázquez.
Al que no le pasará nada porque estamos en España, donde los jueces dependen del político que, a su vez, depende del dueño del dinero.