Iberia-Air Europa: abróchense los cinturones

¿Alguien recuerda alguna operación de fusión que la Comisión Europea rechazara? 

La última comisaria de Competencia, en uno de los momentos más difíciles en las negociaciones entre Lufthansa/Ita y Bruselas se preguntó ante la prensa cuándo Europa rechazó una fusión o una absorción. Y ella misma se dio la respuesta: recordaba un caso en los últimos años, pero irrelevante. A los pocos días, estaba la luz verde (Iberia-Air Europa: las cesiones son insuficientes para Bruselas).

Aquí estamos ante una obra teatral: Bruselas tiene que justificar para qué sirve. Y por eso, IAG debe mostrarse compungida y llegar al punto de amenazar con abandonar la operación porque no nos salen los números. Es lo que pasó con Lufthansa, como es lógico. Fue cediendo, cediendo, cediendo, hasta que un día dijo que ya no le valía la pena ceder más. Y entonces, con cuatro detalles, todo fue aprobado.

Aquí, hasta la fecha final, todo serán tiras y aflojas. Luis Gallego sabe perfectamente de qué va esto. Y sabe qué está dispuesto a ceder y qué no le vale la pena. Y la Unión Europea, la Comisión, sabe que tiene que presentar una imagen seria, como si le importara la competencia.

Y al final, todo saldrá bien.

Pero si usted quiere saber la verdad, pregúntese qué pasaría si la líder y la segunda empresa de cualquier negocio se fusionan. Porque Iberia y Air Europa son las líderes y la segunda en las comunicaciones aéreas de España a Sudamérica. Por lo tanto, por mucho que Europa intervenga o haga como que lo hace, ocurrirá lo mismo que con Lufthansa: será la aerolínea de referencia de Austria, Suiza, Bélgica, Alemania e Italia, pero no hay problemas de competencia gracias a la Comisión Europea.

Entre tanto, pónganse los cinturones de seguridad, que habrá turbulencias.