Iberia echará de menos al nuevo jefe supremo de la casa madre

La historia de la aviación comercial española siempre tendrá presente a Luís Gallego por haber llevado a cabo una extraordinaria labor al frente de Iberia. El artífice de la salvación de la aerolínea, el profesional que la rescató del lodo, se va a Londres a pilotar la casa madre (Gallego toma el mando de IAG).

Gallego, tan sencillo como eficaz, seguirá vinculado a la compañía aeronáutica más representativa de España desde el puesto de mando de IAG, pero ya nada será igual. Deja el listón muy alto, demasiado incluso para un sucesor capacitado.

“Me ha encantado conocerlo, es un profesional con las ideas muy claras, muy pragmático y tiene mucho mérito”, le dijo Miguel Fluxá, presidente de Iberostar, a su amigo periodista tras cenar con él en La Habana hace ahora un año.

“Papá, te presento a Luis, un gran profesional y un gran tipo”, le comento Escarrer junior, CEO de Meliá, a su padre poco antes de que almorzaran juntos—los tres y otros tantos grandes del turismo —al término del penúltimo Foro de Preferente en Palma.

Es sabido que Luis Gallego se hizo cargo de Iberia cuando esta perdía 1 millón de euros cada día y que al cabo de tres años revertió la situación ganando la misma cantidad. Ese es su mérito, su gran logro. Las canas que luce le surgieron antes del confinamiento y la caída en picado del sector aeronáutico.

Gallego ha achacado el éxito de la aerolínea a la labor del equipo en una carta emotiva (La carta íntegra de Luis Gallego para despedirse de Iberia tras 7 años). Cierto es que ha contado a su lado con varios pilares de nivel, entre ellos el nuevo responsable de Vueling, y con un Cierco curtido en mil batallas que ha ejercido como algo más que director de comunicación, de personal y de relaciones internacionales. Pero sin lugar a dudas el autor material del giro de 180 grados ha sido este ingeniero aeronáutico callado y de pulso firme.

Los afectados por la gran reestructuración que llevó a cabo en Iberia no opinarán de igual manera que sus defensores. Mas la realidad es la que es por encima de filias y fobias: Iberia sigue viva gracias a Gallego.

Se marcha a Londres sin haber cerrado la operación de compra de Air Europa y en medio de una crisis sin parangón por culpa del maldito virus—Messi dice “de esta mierda de pandemia”—pero más temprano que tarde volverá el viento de cola al turismo, la industria más linda del mundo. Buen vuelo.