La relación entre Globalia e International Airlines Group (IAG) se enturbia. Muy lejano queda aquel sorpresivo acuerdo por el cual Air Europa se integraría en Iberia previo pago de 1.000 millones de euros (El grupo de Iberia compra Air Europa por 1.000 millones).
Según publica El Confidencial, ambas empresas se han enzarzado en una batalla de acusaciones vía burofax. Por un lado, el holding liderado por Iberia y British Airways cree que Air Europa está intentando ocultar la situación económica que atraviesa. Mientras tanto, la aerolínea de Globalia entiende que se está tratando de entorpecer la operación para forzar su quiebra.
Fuentes cercanas a la operación señalan que la desconfianza entre ambos se ha acrecentado en las últimas semanas, en especial después de que IAG incumpliese el trámite de enviar a las autoridades de competencia de la Comisión Europea la documentación necesaria para que emitiesen su dictamen. Iberia aclara que el retraso se debe a que Bruselas les ha requerido información adicional.
En estos momentos, siempre según el citado medio, las empresas se hablan principalmente a través de sus equipos jurídicos vía burofax. Buscan con ello que, en caso de incumplimiento del acuerdo, estas comunicaciones puedan servir para reclamar daños y perjuicios por parte de Globalia o para solicitar una rebaja sustancial de los 1.000 millones pactados por parte de IAG (incluso la anulación de la adquisición por una causa de fuerza mayor) (Air Europa: la letra pequeña de una operación histórica).
Iberia podría acogerse a la denominada 'rebus sic stantibus'
Fuentes próximas a Iberia sostienen que la relación con Air Europa es cordial y que el interés estratégico en la operación sigue en pie. Sin embargo, reconocen que no se pueden mantener las condiciones acordadas el pasado 3 de noviembre porque Air Europa está ahora en otra situación. Esta coyuntura podría derivar en la solicitud del preconcurso de acreedores, como ya han hecho otras empresas del sector, incluida una filial de IAG.
Tanto Iberia como Air Europa se encuentran en una situación muy delicada, perdiendo millones de euros cada día. La diferencia es que la primera cuenta con el respaldo financiero de IAG, que afronta esta crisis con una sólida posición de caja, mientras que la segunda no dispone del colchón de Globalia.
Según cálculos internos, Air Europa cree ahora mismo que puede acabar 2020 con pérdidas de 380 millones de euros. Unas minusvalías que, de no producirse la adquisición por parte de Iberia, le obligarían a acudir al preconcurso de acreedores. Por ello, el CEO de Globalia, Javier Hidalgo, estaría exigiendo a IAG que cumpla con lo pactado, pero el grupo británico considera que no puede pagar un precio por algo que hoy en día es un saco de números rojos que no se recuperará hasta 2023, como dijo Hidalgo padre.
Iberia estaría sopesando acogerse a la denominada 'rebus sic stantibus', cláusula jurídica que permite a una empresa incumplir determinados compromisos por una causa de fuerza mayor, como es la pandemia actual.
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