Icelandair acaba de despedir a 45 pilotos. Según publica un foro especializado en aviación, hace unos días, cuando acabó el entrenamiento en los simuladores de 24 pilotos de la compañía que estaban preparándose para volar aviones 737 Max, se les informó que sus contratos habían acabado. Otros 21 pilotos que se habían incorporado a la compañía islandesa exclusivamente para operar en Boeing 737 Max, también han visto terminada su relación.
La razón que Icelandair da para esta decisiones es que evidentemente el avión no está próximo a volar y que el proceso de re-certificación tardará un tiempo y que las entregas de los aviones de este modelo por parte de Boeing se retrasarán. Vamos que esto va para largo.
Es cierto que Icelandair ha de ir con mucho cuidado porque sus cuentas son muy frágiles, pero el año 2019 debe volver a los beneficios y no se puede permitir tener nada menos que 45 pilotos en nómina a la espera de que lleguen los aviones o de que los que están en tierra puedan volver al aire.
Icelandair opera servicios entre capitales europeas y ciudades de Estados Unidos, con escalas en Reikiavik, la capital islandesa. Su modelo le permite volar con aviones de un pasillo, mucho más baratos de operar. Sin embargo, aunque Islandia está en un lugar ideal para la mayor parte de las ciudades de la costa Este americana, los Max le permitían incluso alcanzar la costa Oeste, con lo que la amplitud de sus servicios podría ser máxima.
El año pasado Icelandair tuvo pérdidas no demasiado graves fundamentalmente debido a que el boom turístico de su país parece haber cedido. Su principal rival, Wow, cayó hace unos meses. El Gobierno islandés pidió a la compañía que contemplara quedarse con Wow pero, una vez conocidos los detalles, Icelandair se negó.
Icelandair opera, además, varios B757, un avión de un pasillo con amplio alcance de vuelo, ideal para su modelo de negocio (Icelandair descubre el secreto de la rentabilidad en aviación).
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