Al menos durante los próximos días, Qantas, la aerolínea de Australia, ha suspendido los vuelos QF9, que operaban directamente desde Perth a Londres, en aviones A350. Ahora ya no es directo, se denomina QF209, y tiene parada en Singapur.
La razón de la suspensión son las tensiones políticas –más bien militares—entre Israel e Irán. El vuelo australiano, prácticamente al límite de las posibilidades del avión, sobrevuela Irán. Como ya hay antecedentes, Qantas ha optado por darse un poco más de margen.
El antecedente más importante de este tipo de crisis es el derribo del avión de Ukraine International Airlines cuando despegaba de Teherán. Un proyectil iraní lo confundió con uno militar de otro país y lo derribó, causando la muerte de todos los ocupantes. El temor entre las aerolíneas se extiende con facilidad (Irán confirma ahora que disparó dos misiles contra el avión ucraniano).
El vuelo QF10, que va de Londres a Melbourne, con escala en Perth, ya Australia, sí sigue volando porque su trayecto no está amenazado.
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Precisamente el avión de Ukrainian Airlines que derribaron los iraníes fue en 2020, cuando Trump era presidente.
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