Ita, la nueva aerolínea estatal italiana, que será la heredera de Alitalia, consiguió ayer el Certificado de Operador Aéreo de la autoridad de la aviación civil italiana (Enac) tras llevar a cabo el pasado lunes un vuelo de prueba que transcurrió sin novedades, a bordo de un avión prestado por Alitalia. De esta forma, con el certificado, Ita ya puede iniciar la venta de billetes (Definitivo: cierra Alitalia y el 15 de octubre nace Ita).
La transición entre Alitalia e Ita no es sencilla porque la Comisión Europea ha insistido en que Alitalia tiene que morir. Así, ahora se tiene que proceder a la venta de la marca Alitalia en un concurso en el que Ita puede participar y probablemente termine siendo el comprador. Así, formalmente se salvan los obstáculos.
En realidad, en Italia nadie se cree lo que impone Bruselas. Y en la práctica tampoco se notará. Ayer, Il Messaggero hablaba de que podría ser que Ita alquilara durante tres años el negocio de Alitalia, de manera que todo seguiría igual, pero el propietario sería otra compañía.
El periódico publica que la marca Alitalia puede tener un valor de hasta 200 millones de euros. Nadie sabe si aparecerá algún inversor privado con interés en la compañía.
Existe otro problema complejo que es que hasta ayer Alitalia estaba vendiendo billetes de avión de unos viajes que no va a poder ofrecer a sus clientes. Ita, siendo una empresa diferente –al menos formalmente– no debería atender estos compromisos. Pero todo el mundo sabe que también estos problemas se terminarán por resolver.
Aún no se ha hecho público el diseño de la nueva librea ni tampoco la nueva marca, pero en medios cercanos se especula con que hará algo tan similar que el viajero no tendrá muchas dudas de que está ante una nueva Alitalia.
En todo caso, la Unión Europea está empeñada en evitar decir que se permite la supervivencia de una compañía con el nivel de pérdidas de Alitalia, al margen de que la nuevo compañía pueda nacer con los mismos defectos.
Me he perdido, por cuantas refundaciones van ya?
La Comisión Europea y su desmedida imaginación.... Anunciando a bombo y platillo el nuevo nombre "recortado" de la compañia, confundiendo a los viajeros que han adquirido con anterioridad sus billetes, manteniendo desinformados a sus trabajadores y creando mucha, demasiada diria yo, incertidumbre. Con lo facil que hubiese sido dejar al Estado Italiano rescatar la compañia con dinero público y controlar la gestión de la misma para que el politico de turno no enchufe a su familia y amigos.