Ayer fue el último consejo de ministros italiano antes de habitual asueto de verano. Y se esperaba que se aprobara una limitación de los precios de los billetes de avión. Al final no fue tanto, pero lo que fue es muy importante porque podría extenderse en el futuro (El turismo en Italia, contra la tasa de 10 euros noche).
Como saben, los precios de los billetes de avión funcionan con un algoritmo: cuando la demanda es baja, pueden bajar hasta casi la gratuidad, para fomentar que el pasajero se movilice; cuando la demanda se dispara, tampoco casi hay límites y pueden llegar a niveles imposibles. Ocurre cuando hay un partido de fútbol, por ejemplo, pero también por las navidades o en los puentes de especial demanda.
Italia acaba de demostrar que eso puede terminarse: desde ahora, sólo en las rutas con Cerdeña y Sicilia, y sólo si esos recorridos son nacionales, las aerolíneas podrán bajar los precios tanto como deseen, pero no podrán subirlos más allá del 200 por ciento de la tarifa media de un periodo. O sea que el Gobierno crea una tarifa, que es la que se extrae de analizar un periodo de tiempo, y sólo permite que las compañías cobren el doble de ese precio.
La medida está contemplada en lo que se llama “decreto ómnibus”, que viene a ser una ley “escoba” que aprueba todos los asuntos que el gobierno no ha tenido ocasión de aprobar por la vía ordinaria.
El Consejo de Ministros estuvo reunido ayer, bajo la presidencia de Giorgia Meloni, en la que será la última sesión hasta septiembre.
El malestar con los precios de los vuelos en las islas se había venido registrando desde hace meses, con diversos anuncios por parte del Gobierno, que finalmente tuvieron una concreción ahora.
Huelga decir que todas las aerolíneas mostraron su oposición a la medida. “Controlar los precios de los vuelos domésticos sentará un peligroso precedente para un sector cuya liberalización ha traído beneficios en los últimos años”, advirtió el presidente de la patronal que agrupa a las compañías aéreas, Alessandro Fonti. Añade que “intentar restringir los espacios de libre mercado, además de estar en conflicto con la legislación europea aplicable, sólo puede tener efectos negativos”.
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Me parece prioritario tratar en un Consejo de Ministros, un gran pacto de Estado para limpiar Roma y qué está funcione.
En los adelaños de la estación de tren de Termini, las ratas campan a sus anchas, las bolsas de basura tiradas a cualquier hora por las aceras algunas esparcidas por las gaviotas que las abren en busca de comida, autobuses publicos sin aire acondicionados, hierbines secos, calles con boquetes en el pavimento, ascensores como los de la estación de Roma. San Pietro, en la cual ni los trabajadores más antiguos los han visto funcionar, metro oscuro, masificado, sucio, donde las escaleras mecánicas suelen tener el cartel colgado de "en reparación", meses e invluso años, categorias de hoteles que oarece que han ganado las estrellas en una tómbola, restaurantes del centro de la ciudad con cocinas deplorables y aseos nauseabundos, etc, etc.... Y la última reunión de los ministros italianos es para limitar e intervenir el negocio de las compañias aéreas en los viajes a las islas????
De verdad no se les cae la cara de vergüenza? Debe de ser que por Roma sólo transitan con el coche oficial!!
Ajá, ahí estaba la trampa